A Nadie le es extraño el proceso que está sufriendo España, comprometió créditos sin respaldo para operaciones inmobiliarias, y en el momento en que la cadena de pagos se rompió por el eslabón más débil, el pequeño ahorrista que compró su casa con mucho esfuerzo el atraso o la mora afectó a toda la cadena, viniéndose abajo un andamiaje apenas sostenido por la confianza.
De este modo, lo primero que cayó fue eso, la confianza, que es precisamente lo único que con los bancos no se negocia; si no hay confianza, los bancos ejecutan sus hipotecas sin contemplación.
El asunto tiene sumergida a España en lo que se conoce como la burbuja inmobiliaria, desde hace varios años, afectando créditos, viviendas, inversores, y lo más difícil de recuperar, la confianza de inversores.
Pero los asuntos de economía basculan; aunque los problemas son diferentes, todo lo que baja sube, todo lo que sube, baja y ese es el momento que esperan los que saben que tienen que esperar y pueden hacerlo.
Pasó lo que tenía que pasar, los bancos presionan a sus deudores y terminan quedándose con las propiedades a falta de pago, pero una cosa que quedarse con alguna propiedad que otra con cierto valor, otra es quedarse con muchas en un mercado deprimido que no absorbe la pérdida por otro lado.
De este modo, los bancos enfrentaron la situación de no tener liquidez, y un montón de bienes inmuebles que hay que mantener y ahora convertirse en una especie híbrida de inmobiliarias para inaugurarse en operaciones de un sector que estaba en el mismo barco que se hundía.
Se necesitaron varios rescates, pero ante la envergadura de la burbuja nada parece suficiente.
Ya en lo profundo de una economía que no parecía encontrar espacio para resurgir, apareció el fondo Apollo Global Management, que intenta invertir en inmuebles a un precio más que barato, de oferta, se diría, con interés especial es los hoteles y en todo lo que implique atracción para el turismo.
En los meses de baja turística, en España se dio una situación paradójica, algunos hoteles de 4 o 5 estrellas, salieron al cruce de la crisis con una disminución de precios llamativa, se vió que había precio de hoteles de 2 estrellas en los de 5 estrellas, por pocos días, pero que generó un tránsito aumento de turismo en esos hoteles, antes inalcanzables para el bolsillo común, e incluso el uso de estos hoteles para alojar a muchos de los que se quedaron sin hogar, con lo que los hoteles supieron campear por un tiempo el temporal, pero que los mantenía a un mínimo de gastos con dificultades para sostener los niveles que le dieran las estrellas.
De este modo, pudieron sostener una crisis temporaria, pero todos los recursos que se agotaron, momento que esperaba empresas como Apollo Global Management para realizar su jugada.
Desde ya que la situación implica el primer efecto: las tarifas hoteleras subirán los precios y será bastante, seguramente se intentará equiparar los precios, nuevamente, al nivel de hoteles de lujo y retornarlos a su estatus anterior a la burbuja.
La Empresa Apollo Global Management, empresa neoyorkina, no está sola en sus aspiraciones, también apareció con las misma intenciones la empresa Golman Sachs, bajo la expectativa de que las condiciones son inmejorables en precios, para las adquisiciones, los bancos ahogados en bienes inmuebles, escasez de capital de inversión inmobiliaria, un banco Central Europeo con el firme propósito de mantener la Eurozona.
Nadie quiere siquiera mencionar la idea de qué pasa si los países deciden desprenderse del Euro como moneda común, medida que ofrece el peor de los escenario, para los países con problemas, pero una gran tentación para los países cuyas economías están saneadas y se sienten que tienen una piedra al cuello con los países que no han sabido organizar sus propias economías previendo los riesgos y siendo más responsables con sus movimientos económicos.
Ha cierto consenso en admitir que si los países con problemas salen de la Eurozona, sería el primer paso al siguiente: que todos salgan de la Eurozona y se vuelva a un sistema económico con moneda local.
Los economistas no se ponen de acuerdo en cuáles serían las consecuencias, aunque la mayoría está propenso a sostener que sería peor el remedio que la enfermedad.
Los nuevos inversores, encuentran en la situación una oportunidad.
Las empresas compradoras de inmuebles en la situación europea actual han realizado inversiones importantes y hasta ahora, satisfactoria, razón que las impulsa a continuar con el proceso de adquisiciones.
En la realidad de los números, lo que ahora parece un rescate es en realidad un 5.4% del producto bruto interno español, lo que es un considerable negocio que escapa del control español en un rubro importante en Europa, viajes y turismo, aunque comparándolos con el 18% del PBI que representaba durante el boom, parece poco.
Algo que conocemos mucho en Argentina, es que las soluciones que aparecen en las crisis ocasionan un problema en el futuro. El rescate de estas empresas, como otras de origen inglés, y canadiense, establece controles de países extranjeros en suelo español, lo que constituiría una situación enigmática para el futuro de los negocios de turismo para ese país. Para bien o para mal, hoy España necesita toda la ayuda que pueda recibir, a cambio, tendrá que ceder sus únicos activos: el turismo.
Habrá que esperar las consecuencias y efectos de estos rescates.